La edad cuenta en el salón de clases, para los niños menores de 9 años puede representar una aventura, mientras que para los de 10 años o más significa entrar en un nuevo mundo, con cambios físicos y emocionales que acompañan la pubertad.
Esta etapa, explica el especialista en endocrinología pediátrica Arturo Ayala, es de múltiples transformaciones. Se trata de un proceso complejo, que involucra la maduración de los genitales, aceleración y finalización de la etapa de la niñez, y desde luego cambios en la personalidad.
Las cosas cambian y en esos años el ritmo de crecimiento de un niño depende de factores genéticos: talla familiar baja, normal o alta, así como la maduración: rápida, normal o lenta.
El experto médico comenta que la diferencia de crecimiento es de 1 a 2 centímetros por año, y es la responsable del contraste de la talla adulta entre las personas con tamaño familiar alto o bajo.
La transformación involucra a la hormona de crecimiento.
Fases de la pubertad:
1.- Precoz: Cuando los caracteres sexuales secundarios aparecen antes de los 8 años en la niña y 9 años en el varón. Además de comenzar precozmente evoluciona con rapidez tanto en el desarrollo físico como en la maduración ósea y en el crecimiento.
2.- Retrasada: Lo frecuente es el retraso simple de la pubertad conocido como “retraso constitucional del crecimiento y desarrollo”. Es la ausencia de los caracteres sexuales secundarios a la edad límite de inicio de la pubertad normal, la ausencia de la primera menstruación a los 13 años y, en los varones, presentar un volumen testicular inferior a 3 ml y comienza a aumentar en torno a los 12 años.
El especialista en endocrinología pediátrica aclara “las niñas dejan de crecer a los 16 años, mientras que los niños a los 18, en algunos casos incluso la edad se recorre hasta los 21 años y durante esta etapa, hombres y mujeres, pueden sentirse confusos antes los cambios físicos y emocionales que están experimentando”.
El doctor Arturo Ayala
hace algunas recomendaciones:
1.- Practicar una nutrición sana desde casa. Opciones nutritivas y no chatarra.
Incluye evitar las bebidas azucaradas y fomentar
tomar agua simple.
2.- Límites en horarios para dormir y retirar cualquier dispositivo electrónico que pudiera quitarle el sueño.
3.- Mantenerse al tanto de los cambios en su estatura y de identificar algún retraso en su crecimiento acudir con un endocrinólogo pediatra.
4.- Los padres deben estar más pendientes de los cambios físicos que experimenten sus hijos.
5.- No descuidar los cambios emocionales que determinarán su carácter y autoestima, en especial durante la etapa escolar.
