Cd. Juárez, Chihuahua. México .

Noviembre 27 de 2014    

 
 
 
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Sin Gafete


*.- De la estupidez de la renuncia a los cambios por venir...

*.- Somos un país de instituciones

*.- Lo que es de locos

Queremos ser un país de instituciones que estén por encima de los hombres y los sexenios.

Miles de mexicanos han muerto a lo largo de nuestra historia para construir el país de instituciones que unos cuantos, interesados, quieren destruir en las calles con mayor violencia que la que afirman denunciar.

Pedir la renuncia presidencial es una estupidez. Que tiene origen político en la ambición de Andrés Manuel López Obrador que piensa, afectado de sus facultades mentales, que al renunciar Peña Nieto habría una nueva elección y millones de mexicanos saldrían a las calles a votar a favor de él.

Lo que es de locos.

Porque lo único cierto es que la gente de AMLO tiene capacidad para las manifestaciones y los plantones, por los que recibe millones de pesos como aquellos que les entregó Marcelo Ebrard entonces secretario de Gobierno del DF para que los basureros se retirasen del Zócalo aquel septiembre.

En Tabasco lo saben perfectamente. La manipulación por los "daños" del petróleo no solamente fue plataforma política, sino origen de mucho dinero.

Lo peor que le puede pasar a este país es que alguien como López Obrador llegué a gobernarlo. O no vemos los resultados de los gobernadores perredistas en Guerrero, en Oaxaca, en Tabasco, en Morelos.

Ahí es donde está la inmoralidad mayor del poder. La inmundicia consentida. Como sucede con la mayoría de la gente de AMLO, comenzando por su apoyo al hoy preso José Luis Abarca.

Millones de mexicanos votaron por Enrique Peña Nieto. Para que fuese Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos por un periodo de seis años no renunciable. Esa es la realidad. Ese es el origen de la frustración permanente de López Obrador.

El político tabasqueño es un perdedor a perpetuidad. Y lo seguirá siendo porque somos, porque queremos ser un país de instituciones. Eso es lo único importante que no puede cambiar. Instituciones y Leyes que nos dan libertad social, que nos dan autonomía como NACIÓN.

No somos una republiquita bananera, ni el país es Nacajuca o Iztapalapa, con todo respeto.

Lo terrible, lo que puede hacernos mucho daño, es el profundo encono social que AMLO y su gente están alimentando. Una rabia colectiva que no lleva sino a la destrucción. Y que de seguir así habrá de quitar el pan de la boca a millones de mexicanos, jodidos y vulnerables, que viven de los dólares que traen los turistas.

Esos turistas que no querrán viajar a un país en "presunta" revuelta, donde lo que se ve en todas las imágenes difundidas por medios internacionales es violento y peligroso.

Lo que vivimos es una gran crisis. Mitad originada en un horrendo crimen cometido por policías municipales y sicarios, bajo el mando y/o la complicidad de un alcalde perredista. Que pudo actuar así por el respeto presidencial a los gobiernos locales y, también hay que decirlo, por una inmensa e inmoral omisión de los actores federales. Es decir, de las fuerzas armadas, de la policía federal y de las instituciones de Inteligencia.

Ellos, y habría que encontrar la forma en que paguen su culpa, no evitaron, es más ni siquiera avisaron, la gran tragedia de la desaparición y asesinato de 43 estudiantes.

Estas muertes, como las miles de muertes de otros mexicanos que primero fueron "desaparecidos" por criminales con la complicidad de policías, con la posterior omisión en su investigación, con la más posterior corrupción de los ministerios públicos y jueces en las pocas condenas, con la todavía más posterior corrupción en las cárceles... es lo que no puede admitirse ni repetirse.

La otra mitad de la gran crisis es intencional. Provocada por la ambición política de AMLO, por la ingenuidad de los que protestan, por la omisión de las autoridades que no ejercen el uso legítimo de la fuerza.

A esto, a la gran crisis de su gobierno, debe darle salida-solución el presidente Peña Nieto. Uno de los hombres más inteligentes que nos han gobernado.

Una salida que solamente será eficiente con cambios de fondo. Este es el momento y la oportunidad. Comenzando, como he escrito en este espacio y dicho en muchos foros, con la desaparición de las policías municipales que no han sabido limpiar los gobiernos locales. E incluso llegar hasta las policías estatales... No solamente eso, mucho tiene que cambiar para seguir conservando las instituciones que hacen patria, casa común, a este país.

En Twitter: @isabelarvide

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